Crónica: Confesiones desde este espinoso y apasionante oficio

CRONICA:… ARGOSIS: FEBRERO 13 DE 2019…

xJesús Álvarez López* (Cuba)

Journalist en CMHW

Villa Clara, Cuba

El periodismo suele ser espinoso y apasionante al mismo tiempo, “el mejor oficio del mundo” para un gigante de las letras como el Gabo.

Creo que no estaré listo para la jubilación sin importar la edad mientras piense que me falta superar mi mejor reportaje, aquel que escribí en el primer mes a prueba en CMHW, casi 34 años atrás, cuando me fui “en botella” hasta la Habana a grabar los testimonios de compañeros de lucha de Antonio Guiteras, para glorificar al héroe a 50 años del vil asesinato de El Morrillo.

Nunca le expresé antes de morir, al áspero pero justo colega Nelson Hernández Chaviano, aunque debió percibirlo, el entusiasmo con que recibí sus palabras con su mano en mi hombro al Director insignia de la Radio en Villa Clara Rolando Rodríguez Frenes, tras haber escuchado mi Radiodocumental, “Por este guajiro respondo yo”. Y me hicieron de inmediato el contrato indeterminado.

He tenido que hacer mucho esfuerzo por más de 30 años, con el temor de hacerlo quedar mal, porque no siempre recibí apoyo ni confianza. Deja huellas profundas que te quieran asesinar tus sueños al comienzo porque no sabes escribir a máquina, te lancen al cesto de basura tus primeros comentarios e incluso recibas en pleno rostro el estigma de mediocre, al solicitar con humildad que “cuando sea posible quisiera dejar la redacción para poderme superar en “la calle”.

Fue gracias a mi compañero Rigoberto Rodríguez que pude ser reportero a partir de 1986. Quizás no podía imaginar cuanto me dañaba aquel locutor que cambió poco después nuestra reina por la radio enemiga, al afirmar en público que mi voz no era radial. Pero empecinado en no dejarme vencer por los obstáculos, pasé un curso con Benito Pérez Limonte, grande entre los grandes de la locución cubana y al final dijo algo que calmó mi ansiedad: “Nunca serás locutor pero tu dicción es buena y un día los oyentes se acostumbrarán a tu voz”.

Siento pesar por no haber participado jamás en un concurso de periodismo durante los primeros siete años, hasta que sin esperar nada, solo para dar el ejemplo porque era el secretario del sindicato, envié un reportaje al Concurso Nacional Primero de Mayo de la CTC en 1992 y obtuve una mención que sigue siendo mi premio de mayor jerarquía emocional.

Hace pocos días en La Habana, recibí la llamada de Bolivia Tamara Cruz, mi presidenta de la UPEC para anunciarme que había ganado un premio en el concurso provincial Mario Rodríguez Alemán. Sé que es el número 81 de por vida por la necesidad de tener actualizado el currículo, pero siempre me importará más lo que piense de mi trabajo el pueblo… el obrero, el campesino.

Afortunadamente creo haber superado el complejo de inferioridad que me acompañó por tantos años, tan perjudicial en el periodismo como la autosuficiencia. Lo intuyo por la anécdota con que terminé mi exposición durante un reciente seminario de economía en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, donde su director Ariel Terrero me incluyó en el panel con destacados colegas para exponer nuestra experiencia en el tratamiento de temas económicos.

Estas fueron mis palabras finales: “Termino con un chiste. El 5 de noviembre de 1999 participé como delegado en la Asamblea Provincial del Partido que estuvo presidida por el compañero Raúl Castro Ruz, y Díaz Canel como primer secretario. Pedí la palabra y tras preguntarme nombre y ocupación, y decirle que periodista, el compañero Raúl con un toque de humor me soltó -¿Pero periodista de corta y clava o periodista de verdad? –Esa pregunta no la puedo responder yo, compañero Raúl, atiné a decirle evidentemente nervioso. Entonces Díaz Canel le susurró algo al oído tras lo cual el segundo Jefe de la Revolución manifestó: “aquí me dicen que buen periodista”.

Yo hasta ahora había creído que Díaz Canel me había tirado un salve, pero con lo expresado por Ariel y viéndome sentado en esta mesa frente a ilustres periodistas me van a hacer creer que no fue un salve, “que Díaz Canel dijo la verdad”. Podía adivinar las risas pero no el aplauso. Espero que me sepa perdonar quien logre llegar hasta el final de estas confesiones. Debe tratarse del desahogo del aldeano que llegó sin vanidad pero con el mismo corazón al periodismo hace más de tres décadas y que no ha logrado mucho, pero si mucho más de lo que había soñado al entrar para siempre en este oficio cautivador. Y solo les ruego que traten de tolerar mis defectos porque, soy como soy, porque nada en la vida me ha resultado fácil.

*Lic. Jesús Álvarez López (Cuba)… Reside en Santa Clara, Villa Clara, Cuba… Journalist en CMHW… Facebook: https://www.facebook.com/jesus.alvarezlopez.7... Colaborador de la Agencia de Información ‘ArgosIs-Internacional’ en la Red: http://www.argosisinternacional.com...

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